Descripción o resumen: Después de la Guerra Civil, España era un país destruido y sumido en la absoluta penuria económica y social. Cantabria sufría, al igual que el resto de la nación, las consecuencias del conflicto. Los años cuarenta se convirtieron en sinónimo de miseria, racionamiento y hambre. En aquel contexto, el Régimen franquista firmó con la Alemania nazi en agosto de 1941 un acuerdo para el envío a territorios del Reich de obreros españoles contratados por empresas alemanas para trabajar por un período mínimo de dos años en sectores clave de la economía de guerra germana, muy necesitada por aquellas fechas de mano de obra debido a la movilización general de los varones alemanes para acudir a los frentes de batalla abiertos por la agresión nazi en Europa y África. Marcharon hacia Alemania más de diez mil trabajadores españoles conocidos en la terminología fascista como productores, entre ellos alrededor de seiscientos cántabros, la mayoría de los cuales fue contratado para trabajar en los ferrocarriles alemanes de Berlín. Se incorporaron a su destino laboral en dos expediciones que salieron de Santander el 31 de agosto y el 8 de septiembre de 1942. En Alemania ganaban jornales que superaban con mucho los que podían conseguir en España, sin embargo en Berlín sufrieron las consecuencias de un país en guerra donde no siempre el empleo prometido se correspondía con la realidad, donde las condiciones laborales eran en ocasiones muy precarias y las enfermedades y accidentes derivados de las mismas estaban a la orden del día, donde el control y la persecución política amenazaban de continuo a los ciudadanos. Con el transcurso de los meses los españoles padecieron los continuos ataques aéreos sobre territorio alemán y la supervivencia se hizo cada vez más complicada. Finalmente los trabajadores allí desplazados regresaron a Cantabria después de pasar múltiples vicisitudes por los campos de refugiados de Suiza e Italia, en una carrera desesperada por retornar a sus hogares. Muchos fallecieron o desaparecieron en el intento. Cada uno de estos hombres tuvo una historia sorprendente detrás, una aventura que les llevó al Tercer Reich buscando mejorar la vida de sus familias en Cantabria pero que en muchas ocasiones se convirtió en una pesadilla difícil de olvidar.