Valoración del audiolibro: 8.33 de un máximo de 10
Votos: 343
Autor(a) de la reseña:Petra Alferes
Reseña valorada con una puntuación de 9.72 de un máximo de 10
Fecha reseña: 8/9/2018
Duración: 5 horas (203 MB)
Fecha creación del audiolibro: 22/06/2018
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Incluye un resumen PDF de 37 páginas
Duración del resumen (audio): 27 minutos (18.5 MB)
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Encuadernación del libro físico: Tapa Blanda
Descripción o resumen: En El genocidio como práctica social se articulan dos genocidios de modo original: el ejecutado por el nazismo entre 1933 y 1945, con sus diferentes modalidades, objetivos y momentos, y el ocurrido en la Argentina entre 1974 y 1983, antes y durante la última dictadura militar. La elección de ambos hechos históricos determina una trama narrativa y argumentativa no explicitada con anterioridad en el abordaje de las prácticas genocidas de la segunda mitad del siglo XX. Daniel Feierstein considera que ambos procesos no fueron sucesos excepcionales en la historia contemporánea, productos de meros arrebatos o el retorno del salvajismo y la irracionalidad, sino ejemplos de peculiares tecnologías de poder. Como tales, no se limitaron al aniquilamiento de colectivos humanos; también fueron capaces de "reorganizar" las relaciones sociales hegemónicas mediante la construcción de una otredad negativa, el hostigamiento, el aislamiento, el debilitamiento sistemático, el aniquilamiento material y la realización simbólica. Luego de legitimar el uso del término "genocidio" para el caso argentino, el autor propone una nueva tipología de las prácticas sociales genocidas y prueba la continuidad entre el nazismo, primer genocidio reorganizador, y el autodenominado "Proceso de Reorganización Nacional". A partir de testimonios de sobrevivientes de ambas experiencias, analiza el dispositivo fundamental de la práctica social genocida, el campo de concentración, y sus consecuencias sobre las víctimas directas y sobre el conjunto de la sociedad. Así, en la Argentina de los años ochenta y noventa, la desconfianza hacia el otro, la ausencia de reciprocidad, el terror y el escepticismo para adoptar posiciones críticas fueron los modos sociales hegemónicos."Sin una fuerte transformación de nuestros procesos de construcción identitaria ―concluye Feierstein―, sin una reformulación de los límites de nuestra responsabilidad ante el otro, sin entender que somos parte inescindible de las prácticas sociales que se desarrollan